Cómo mantener la calma en situaciones estresantes


Cuando trabajas con tu equipo, a veces te enfrentas a un miembro que simplemente no está haciendo lo que dijo que haría. O bien, tu familia se queja porque vas nuevamente a tu próxima clase de aceites esenciales.

En momentos como estos, todos conocemos el viejo adagio de pensar antes de hablar, pero en un momento u otro de nuestras vidas, todos hemos deseado haber mantenido nuestras bocas cerradas y retirar lo que hemos dicho.  Entonces, ¿qué debemos hacer cuando la vida nos genera un estrés inesperado y simplemente perdemos el control? Esto pasa hasta en las mejores familias. Aquí hay algunas sugerencias para ayudar a mantener la calma a pesar de lo que esté sucediendo a tu alrededor:

 

  1. Reestructurar cómo piensas. Evita pensar demasiado en lo complicado que es la situación. Di a ti mismo que está bien estar molesto, pero esto no significa que todo está perdido. Si tu estrés está dirigido específicamente a otra persona, evita decir palabras como "siempre" y "nunca" al definir cómo sus acciones te han molestado. Tales palabras son alienantes y simplemente exageran demasiado el tema.

  2. Abstenerte de decir lo primero que se te venga a la cabeza. No solo se trata de tomarte el tiempo para calmarte antes de hablar, sino también para escuchar. A menudo, lo primero que uno piensa no es necesariamente lo mejor. Por lo tanto, tranquilízate y tómate tu tiempo antes de responder. Realmente escucha las palabras que la otra persona está diciendo y analízalas antes de responder. Esto te ayudará a decir lo que realmente quieres expresar y evitará que empeore la situación que ya de por si es incomoda.

  3. Visualizar cómo te están mirando los demás.  Entiende la diferencia entre la ira y la agresión. La agresión está tratando de infligir daño. La ira es simplemente una reacción cuando te sientes agraviado. Puedes enojarte sin necesidad de transmitir un lenguaje corporal agresivo, esto puede ser intimidante para cualquiera que te esté observando. Si conservas la calma, tu lenguaje corporal ayudará a tranquilizar la situación porque no la estás intensificando. Por lo contrario, puedes expresar con tranquilidad lo que estas sintiendo.

  4. Cuando no puedas tomarte unos minutos para pensar, es mejor admitir en voz alta que estás enojado o molesto. Di "Me siento enojado" puede parecer muy incómodo, pero vale la pena. En lugar de lanzar un arrebato de furia, expresa tus emociones racionalmente y comienza la conversación en términos positivos.

  5. Toma tu tiempo y espacio. Toma tiempo para pensar acerca de los momentos más estresantes del día para recolectar tus emociones. Sal de donde te encuentres y simplemente silencia tu mente. En lo que te sea posible, planea las conversaciones importantes, para otro momento en el que no te encuentres cansado, estresado o distraído.

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