Origen: un derivado latino que significa "Don de la Tierra."
Fundadora de Colombia
Conocí doTERRA en abril de 2020, cuando me enamoré del difusor de elefante. Lo que no sabía entonces era que ese pequeño detalle marcaría el comienzo de un cambio profundo en mi vida. Poco después, descubrí el poder de los aceites esenciales, y Serenity fue el primero que hizo magia: ayudó a mi hijo Simón, que en ese momento tenía solo 4 meses, a dormir siestas largas. Eso me permitió descansar, algo que necesitaba urgentemente como mamá soltera.
En ese momento, mi realidad no era fácil. No tenía trabajo, mis recursos eran muy limitados y, a veces, ni siquiera tenía $20 en mi cuenta para cubrir los gastos más básicos. Pero decidí confiar y empecé a compartir doTERRA, motivada por los increíbles beneficios que estaba experimentando. Me enamoré de la idea de vivir una vida libre de tóxicos y sentí la necesidad de compartir cómo estos productos podían transformar tanto la salud física como la emocional.
doTERRA no solo cambió mi bienestar, también cambió mi realidad financiera. Con mucho amor, persistencia y compromiso, fui construyendo un negocio que me permitió mejorar mi calidad de vida y la de mi familia. El camino no ha sido fácil. He enfrentado miedos, dudas, y momentos donde pensé en rendirme. Pero aprendí que la persistencia es clave para cosechar frutos.
Hoy, mi esposo y mis hijos, son mi motor. Mi equipo es la gasolina que impulsa este viaje y mi confianza en mí misma es el vehículo que me ha traído hasta aquí y con el que seguiré avanzando.
Porque con doTERRA, no solo encontré bienestar… encontré una misión para compartirlo con el mundo.