Los cuerpos musculosos que se presentan en portadas de revistas se desarrollan en el gimnasio ¿O no? Las estadísticas muestran que el número de membresías en gimnasios en los Estados Unidos casi se han duplicado desde el año 2000, coincidiendo con un aumento similar en los niveles de obesidad. Las encuestas sugieren que casi 7 de cada 10 personas con membresías en gimnasios ni siquiera las usan e incluso, tampoco los asistentes regulares están alcanzando sus objetivos. La investigación contemporánea está demostrando que el primer paso para un mejor cuerpo puede ser pasar menos tiempo en el gimnasio y hacer más ejercicio al aire libre.
La absolutamente necesaria vitamina D, que ayuda a fijar la luz solar, está lejos de ser el único beneficio de estar al aire libre. Una investigación reciente encontró que el llamado "ejercicio sustentable o verde (actividad física al aire libre)” puede tener ventajas significativas sobre los entrenamientos en espacios cerrados.
Los investigadores descubrieron que hacer ejercicio bajo el sol puede aumentar el rendimiento, ya que los participantes tienden a reportar tasas más bajas de esfuerzo percibido en niveles idénticos de intensidad.
Cuando corremos en caminadoras podemos seleccionar la velocidad y el ritmo, mientras que cuando lo hacemos al aire libre tendemos a hacerlo más rápido; en resumen, los que trabajan en espacios naturales y libres se esfuerzan más, queman más calorías y fomentan una adaptación fisiológica más efectiva a largo plazo. Además, existe evidencia de que las personas con programas de ejercicios enfocados en actividades al aire libre están más motivadas y tienen más probabilidades de mantenerse en sus programas.
Si tienes dificultades para mantenerte motivado, deja la cinta y sal a la pista.
Estar expuesto a la naturaleza puede ser relajante y contribuir a reducir el estrés, al influir en los parámetros fisiológicos de la presión arterial, la frecuencia cardiaca y los marcadores endocrinos.
Estudios muestran que los retornos a los valores de presión arterial basales, son más rápidos cuando se entrenan en un entorno natural. Del mismo modo, aquellos cuya actividad física tiene lugar en la naturaleza muestran una disminución de las secreciones de las hormonas de adrenalina y el cortisol, y se cree que esto podría relacionarse de algún modo con un aumento el almacenamiento de grasa, los antojos de alimentos poco saludables y la función tiroidea anormal.
La actividad física intensa en el exterior puede influir positivamente en la recuperación y los marcadores de progresión fisiológica, mientras que una sesión en el gimnasio no puede.
Los beneficios pueden ser más que solo físicos. Se ha demostrado que hacer ejercicio al aire libre mejora la autoestima y disminuye la tensión, la ira y la depresión, tanto de forma aguda como crónica.
Se cree que el mecanismo detrás de este fenómeno es que la atención a un ambiente externo agradable y verde, reduce las sensaciones fisiológicas y emocionales negativas. Esto también puede explicar con más detalle por qué el ejercicio ecológico produce mayores posibilidades de que uno pueda apegarse a un programa.
Todo el mundo quiere saber cómo mantenerse motivado y hacer que sus sesiones de entrenamiento sean lo más eficientes posible; el secreto puede ser más sencillo de lo que alguna vez imaginaste.
Aprovecha que en nuestro país casi todos los días tenemos sol, aunque sea por lapsos en algunas temporadas del año, y lleva tu entrenamiento del gimnasio a un sendero, parque de vecindario o a los varios espacios naturales disponibles dentro y fuera de las ciudades, y lleva tu salud al siguiente nivel.