Aceites esenciales que pueden ayudar a dormir mejor
Usando los aceites esenciales para promover el sueño
Tener problemas para conciliar el sueño y permanecer dormido es algo frecuente; se calcula que una tercera parte de las personas no duermen la cantidad recomendada por noche.
Normalmente nos damos muchas excusas como el trabajo o el ritmo de vida para justificar nuestros malos hábitos, pero privar al cuerpo del sueño tiene una amplia gama de impactos negativos y hay una variedad de razones para esto, que incluyen una sociedad moderna con mayor estrés, aparatos electrónicos y un aumento en los problemas relacionados con el sueño.
Hay muchos métodos para dormir que, aunque contribuyen a aliviar este problema, pueden tener efectos secundarios no deseados. Un gran beneficio de los aceites esenciales es que pueden ayudar a promover el sueño de una manera natural y equilibrada.
Cómo usar los aceites esenciales
Aceites esenciales que pueden ayudar a promover sensaciones de tranquildad:
Muchos aceites esenciales tienen beneficios calmantes. La Lavanda y la Bergamota son ricos en linalool y acetato de linalilo; ambos compuestos tienen propiedades relajantes.
Estos aceites se pueden difundir aromáticamente en el dormitorio para crear un ambiente tranquilo antes de acostarse. También pueden tomarse internamente para promover la relajación y ayudar a tener un sueño reparador. Puedes agregar de una a dos gotas de aceite esencial de Lavanda o Bergamota a infusiones de hierbas como la manzanilla o la hierba de limón, unos 30 minutos antes de irte a la cama.
Alternativamente, cuando no estés de humor para tomar una bebida caliente, simplemente agrega dos de Lavanda en una cápsula vegana.
Aparte de la lavanda y la bergamota, muchos aceites se pueden difundir en el difusor de tu preferencia para ayudar a crear el ambiente relajante que necesitas para conciliar el sueño.
doTERRA Balance®
DoTERRA Easy Air®
Cilantro
Clary Sage
Melisa
Sándalo
doTERRA Serenity®
Tomillo
Manzanilla romana
Algunos aceites esenciales también pueden tomarse internamente como Petitgrain, Vetiver y Manzanilla Roman, los cuales pueden ayudar a promover una sensación de relación que puede ser parte de la preparación para dormir.
Más consejos para ayudarte a dormir
Comer bien. Evitar los alimentos ricos en carbohidratos procesados, ya que estos pueden causar movimientos musculares involuntarios durante el sueño e interrupciones. Cuando tienes ganas de comer por la noche, a menudo significa que tu cuerpo está cansado, por lo que puede ser el momento de ir a la cama. De lo contrario, intenta merendar nueces. Los frutos secos proporcionan proteínas y grasas, que no solo son satisfactorios, sino que se digieren lentamente, lo que puede proporcionar un sueño tranquilo. También son ricos en magnesio, un mineral que ayuda a promover una sensación de calma.
Haz ejercicio en el momento adecuado, o haz el tipo correcto de ejercicio. Hacer mucho ejercicio mantiene nuestro peso bajo control, pero también puede ayudar a dormir. El inconveniente es que hacer ejercicio demasiado cerca de la hora de acostarse aumenta el metabolismo y la temperatura corporal y puede dificultar conciliar el sueño. Si prefieres hacer ejercicio por la noche, intenta que sea al menos de tres a cuatro antes de irte a dormir. También puedes probar con un cambio el ejercicio: los estiramientos y el yoga son perfectos para calmar la mente.
Entra en una rutina. Trata de mantener un horario regular para dormir, irse a la cama al mismo tiempo y levantarse al mismo tiempo. Crear este ritmo ayuda a regular el reloj interno de tu cuerpo y puede ayudarte a dormir mejor.
Evita la luz brillante y la electrónica. Retira aparatos electrónicos del dormitorio como televisores, computadoras y otros dispositivos electrónicos. Trata de evitar la luz brillante al menos una hora antes de irte a la cama. La oscuridad ayudará a que tu cuerpo comience a producir melatonina, una hormona que regula naturalmente el sueño.
Crea un refugio para dormir. Pon en uso los distintos aceites esenciales que ayudan a promover el descanso. Asegúrate de que tu dormitorio tenga un ambiente tranquilo, oscuro y relajante, que no sea ni demasiado caliente ni demasiado frío. Tu cama y almohadas deben ser de apoyo, pero cómodas. Tu cuerpo necesita tiempo para cambiar al modo de dormir, por lo tanto, pasa la última hora antes de acostarse haciendo una actividad de calma, como leer o tomar un baño caliente.