Origen del Incienso
¿Un solo tipo de incienso?
Conocemos como incienso a una variedad de resinas de árbol aromáticas, que van de las extraídas al cedro del Líbano (Cedrus libani), o a la sabina real africana (Juniperus lycia o Juniperus thurifera), entre otras; sin embargo, la más apreciada de las resinas conocidas como incienso es la consigue del árbol Boswellia frereana. Esta variedad es conocida en medio oriente como el incienso Copto, debido a su uso en la liturgia de la antiquísima Iglesia Copa de Egipto. La obtención de dicha resina es prácticamente imposible fuera de los países de la Península Arábica y el cuerno de África, específicamente Somalia; el 80% de su producción se distribuye exclusivamente en Arabia Saudita, en donde es usada tradicionalmente por los peregrinos musulmanes que visitan la Meca. El otro 20% llega a otros países árabes cercanos y de ahí al resto del mundo.
Extrayendo el tesoro
Para conseguir la gomorresina del incienso se realizan incisiones en la corteza del árbol Boswellia frereana. Esto hace fluir la resina del tronco, que posteriormente se secará al contacto con el aire y se agrupará en pequeños granos redondeados de una coloración amarilla pálida y opaca, de textura quebradiza y cuyo diámetro no pasará de los 2 cm. Estos valiosos granos pueden ser directamente expuestos al fuego para que se derritan y así poder exhalar su exquisito y milenario aroma o bien, puede obtenerse su aceite esencial mediante un cuidadoso proceso de destilación por vapor como lo hacemos en dōTERRA®.
Bondades del incienso
El incomparable de la resina de incienso va acompañado de grandes beneficios, entre los que encontramos efectos como inmunoestimulante, balsámico (mucolítico y expectorante) y como antiespasmódico. También contribuye a retardar el envejecimiento de la piel al contribuir a la restauración de sus células, e incluso puede utilizarse como repelente de insectos.
No te quedes sin probar este exclusivo aroma traído por dōTERRA® desde los místicos desiertos de África sólo para ti.